Vivir con Amor Apasionado el Seguimiento a Jesús”
“La influencia profunda y maravillosa de Santa Marianita en la vida de Mercedes, se hace evidente en el nombre que ella da al Nuevo Instituto.
Marianita es la Patrona, y Mercedes de Jesús la Fundadora del Primer Instituto Femenino Ecuatoriano.”
SANTA MARIANA DE JESÚS: PATRONA
BEATA MERCEDES DE JESÚS: FUNDADORA
HOGAR
Nació en un Hogar, fuente de santidad, conocido como «Casa de Oración». En esta escuela de fe cristiana, de gracia, de oración y del más rico humanismo, recibió el primer anuncio de la Fe y aprendió a relacionarse con el Dios de la vida.
Nació en un Hogar cristiano, fuente de santidad, verdadero «Santuario de la vida». Bajo la custodia de su Madre que le inculcó los conocimientos de la fe católica y la formó en los sentimientos de verdadera piedad, le exhortaba a ser firme en sus propósitos y leal en sus sentimientos.
ORFANDAD
En temprana edad, quedó huérfana, bajo el cuidado de su hermana mayor Doña Jerónima y su cuñado el Cap. Don Cosme de Caso
Lamentablemente falleció su padre cuando era muy pequeña y su madre cuando era adolescente. Ella halló protección en casa de sus hermanos Miguel y María
FORMACIÓN
Aprendió con selectos maestros a leer, escribir, coser, bordar y labrar la tierra, tocaba todo instrumento musical.
No hubo tarea doméstica que no aprendiera: cocinar, bordar, leer y escribir, tocaba el piano, logrando un gusto y un toque exquisitos (B58).
APOSTOLADO FAMILIAR
Desde muy pequeña trabajó sin descanso con amor, alegría y entusiasmo para los pobres dentro y fuera de casa. Convirtió su vida en sano esparcimiento con sus sobrinos y amigas
Su vida abnegada, hacendosa caritativa, servicial y cariñosa fue un elocuente testimonio para su familia. En sus sobrinos encontró docilidad para aplicar sus ensayos pedagógicos
ESPIRITUALIDAD IGNACIANA
Creció y se formó en la Escuela de la Espiritualidad Ignaciana. No podía concebirse a sí misma sino «como toda Jesuita, toda hija de la Compañía»
Creció y se formó en la Escuela de la Espiritualidad Ignaciana. No podía concebirse a sí misma sino «como toda Jesuita, toda hija de la Compañía
ESPIRITUALIDAD
A medida que crecía en edad, crecía en amor a Dios, su rica espiritualidad estaba sumergida en la contemplación de los grandes misterios de la fe. Nutrida por la oración constante llegando a una elevada vida mística.
Su familiaridad con Dios Trino la hizo vivir la fecunda espiritualidad cristiana identificándose con Jesús hasta amar con pasión su santa humanidad. tuvo una especial atracción por el Cristo de la cruz. La Eucaristía fue el alimento de su vida.
Obedeció a la voz del espíritu y dio un giro a su vida y ligera de equipaje abandonó todo. La oración era una condición para proclamar el Evangelio, fue la peregrina de Dios, tenía un amor apasionado a Jesús, se abrazó con la Voluntad de Dios y siempre repetía: «Yo quiero lo que Dios quiere».
Sintió un impulso de la gracia tan poderoso que resolvió desde ese instante no amar a otro objeto que a Dios. Su oración no se enmarcó en los estrechos límites de sí mis ma. Encontraba sus delicias frente al Santísimo y en la eucaristía. Los misterios de contemplación permanente fueron:, Jesús cargado con la cruz, camino del Calvario quien le invitaba a seguirle y el misterio de Belén.