¡Formación innovadora!

La formación es el proceso que inspira, estimula y orienta el crecimiento vocacional de la persona que ha recibido una llamada de Dios para participar de un carisma, el mismo que ha sido transmitido por el Espíritu Santo al fundador o fundadora de una congregación religiosa, como en nuestro caso le fue dado a nuestra fundadora Mercedes de Jesús Molina, nuestra fundadora.

“Revitalizar el rosal es nuestro desafío”

La Formación es un proceso vital

Hacia los 150 Años de fundación las marianitas apuestan por una formación integral, gradual y continua, por procesos:

  • Aspirantado
  • Postulantado
  • Noviciado
  • Juniorado
  • Formación permanente

Aspirantado

La persona que aspira a la vida religiosa percibe que Dios esta ahí, Dios tiene sus propios medios para conquistar a sus seguidoras, entre ellos: leer la vida de un santo, compartir con las hermanas, formar parte de un grupo juvenil, las misiones, convivencias, retiros, jornadas nacionales de la juventud, ser catequista, entre otros. Estas experiencias les llevan a discernir mejor su vocación. Este proceso dura de 6 meses a 1 año y lo acompaña una hermana.
Experiencia personalizada y acompañada, esta pedagogía
hace que la joven sea más consciente de sus dones, actitudes, capacidades y limitaciones, a la vez que se le facilita medios que le permite, discernir su vocación. Se siente feliz, atraída por Jesús, el Carisma y Espiritualidad; y pide pasar a la siguiente etapa.

Postulantado

Ésta es la primera etapa de la formación marianita. Aquí la postulante vive la transición de la vida laical a una vida en comunidad, que supone renuncias fundamentales: familiares, sociales, laborales. Comparte las tareas de casa, crece en la relación con Dios mediante la oración personal, comunitaria y litúrgica. Va creciendo y asimilando la espiritualidad y el Carisma Marianita a través del compartir con los más pobres, el estudio y profundización del programa que le ofrece la Congregación.
Es la etapa donde Clarifica la llamada que Dios le hace mediante el acompañamiento personal con su formadora. Discernimiento para integrar su historia personal, direccionar su proyecto de vida a una superación y crecimiento humano. Esta etapa dura de uno a dos años, según el proceso de cada candidata. Finalizada la etapa, con el gran deseo de continuar, pide ser admitida en la siguiente etapa para continuar asumiendo el estilo de vida Marianita.
Experiencia personalizada y acompañada, esta pedagogía
hace que la joven sea más consciente de sus dones, actitudes, capacidades y limitaciones, a la vez que se le facilita medios que le permite, discernir su vocación. Se siente feliz, atraída por Jesús, el Carisma y Espiritualidad; y pide pasar a la siguiente etapa.

Noviciado

Es la etapa donde la formanda fundamenta sus motivaciones vocacionales que la llevan a tener una experiencia vital en el encuentro con Jesús, camino del calvario.
Es un tiempo de aprendizaje y una escuela de virtudes humanas y cristianas en las cuales las novicias asimilando el carisma, la espiritualidad, los contenidos propios de esta etapa son iniciadas en la vida religiosa, asumiendo la identidad Marianita con convicciones propias. Lo hacen por Cristo. Apoyadas en el discernimiento, acompañamiento personal, la experiencia de vida orante, fraterna y misionera; en libertad, piden hacer su profesión religiosa, consagrando su vida a Dios mediante los votos de pobreza, castidad y obediencia, como respuesta al amor de Dios.
Esta etapa dura de dos a dos años y medio.

Juniorado

En esta etapa, la juniora consolida su llamada vocacional mediante la profundización y continuidad de la formación recibida: acompañamiento personal y discernimiento.
Participa en la acción apostólica y vida fraterna de las comunidades aprendiendo, corrigiendo, innovando, evaluando y fortaleciendo su identidad como Marianita. Se incorpora más plenamente en la vida y misión del Instituto mediante la consagración definitiva y se compromete a testimoniar los votos de Pobreza, Castidad y Obediencia Esta etapa se realiza en tres momentos: Institucional, apostólico y de preparación a los votos perpetuos, en los que procesualmente integra las dimensiones de su personalidad: humana, psicológica, espiritual, fraterna, apostólica y académica – profesional con la persona de Jesús, el Carisma y la Espiritualidad.

Formación permanente

Es la etapa donde la Marianita plenifica su vocación. Con la profesión perpetua inicia un nuevo periodo de su vida caracterizado por una mayor conciencia de sí misma y un despliegue de sus capacidades que pone al servicio de la misión apostólica con verdadero entusiasmo vocacional. Profundiza la centralidad de Cristo en su vida y va consolidando su actitud místico profética, sintiéndose movida a un servicio generoso y comprometido, a la vez abierta y disponible para ir a donde Jesús la envíe, asumiendo con Audacia la misión que la Congregación le confía

Perfil de la Aspirante
  • De 18 a 25 años y hasta los 35 años con profesión.
  • Con buena salud
  • Libertad, lealtad, sinceridad
  • Constante y firme en sus propósitos
  • Responsable, reflexiva y culta.
  • Gran deseo de seguir a Jesús y conocer el Carisma Marianita.

Perfil de la Postulante
  • Clarifica su opción de seguir a Jesús
  • Es transparente, fraterna, veraz y de recta intención
  • Ora y discierne la realidad, dejándose acompañar
  • Posee capacidad de escucha y de silencio
  • Comparte la vida comunitaria Marianita
  • Dispuesta al diálogo en apertura a las relaciones fraternas.
  • Acepta con libertad las renuncias de su opción vocacional
Perfil de la Novicia
  • Fundamenta su vocación en Jesús camino del Calvario.
  • Vive el distintivo Marianita: Abnegación de sí misma,amor a la cruz y caridad fraterna.
  • Mujer de principios, convicciones y libertad.
  • Capacidad de dar y recibir perdón.
  • Valora y se dispone para el acompañamiento
  • Asimila las virtudes de Mercedes Molina
  • Manifiesta su opción por Jesús mediante la castidad,
    pobreza y obediencia.
Perfil de la Juniora
  • Vive feliz su consagración a Jesús
  • Es fraterna, constructora de paz y unidad en la diversidad
  • Identificada con el Carisma y Espiritualidad Marianita
  • Demuestra madurez afectiva.
  • Apasionada por el Reino de Dios y su justicia
  • Vive en discernimiento y acompañamiento
Perfil de la Marianita
  • Ama apasionadamente a Jesús y a la humanidad.
  • Vive y armoniza sus relaciones afectivas
  • Asume los desafíos como excelentes oportunidades
  • Vive la plenitud de su entrega
  • Mujer visionaria y actualizada